La falsa acacia o Robinia pseudoacacia es un árbol de la familia de las fabáceas, que puede crecer hasta 25 metros de altura. Es originario de América del Norte, pero se ha extendido por todo el mundo, incluida España, donde crece principalmente en zonas de clima templado.
Este árbol tiene un tronco fuerte y ramificado, con una corteza grisácea y rugosa. Las hojas son compuestas, con pequeñas hojuelas de color verde brillante que se agrupan en pares a lo largo de los tallos. Florece en primavera con racimos de flores blancas y fragantes, que luego dan lugar a vainas de frutos alargados y planos.
La falsa acacia prefiere suelos fértiles y bien drenados, aunque es capaz de sobrevivir en terrenos pobres. Necesita de pleno sol para crecer correctamente, y es resistente a las sequías y a las heladas. Se adapta a una amplia gama de climas, pero prefiere los climas templados.
En España, la falsa acacia se puede encontrar en zonas de la meseta central, así como en las regiones montañosas del norte y del sur. Se utiliza principalmente como árbol ornamental en parques y jardines, gracias a su llamativa floración primaveral y su rápido crecimiento. Sin embargo, también es una especie invasora en algunos lugares, ya que puede propagarse rápidamente y desplazar a la flora autóctona.
Además de su uso ornamental, la madera de la falsa acacia es apreciada en la carpintería y la fabricación de muebles, ya que es resistente y duradera. También se utiliza en la apicultura, ya que las abejas son atraídas por sus flores y producen una miel de sabor suave y delicado.