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La Jacaranda mimosifolia es un árbol de la familia de las Bignoniáceas, originario de América del Sur, específicamente de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Se le conoce comúnmente como jacarandá. Es una planta de tamaño mediano a grande, que puede alcanzar alturas de hasta 20 metros.
Los jacarandás tienen hojas compuestas, de color verde brillante, y producen flores de color morado o lila muy llamativas que aparecen en primavera y verano. Estas flores se agrupan en racimos y le dan al árbol un aspecto muy vistoso.
Esta planta prefiere crecer en suelos bien drenados y ricos en nutrientes, y necesita recibir luz solar directa para poder prosperar. Es resistente a la sequía, por lo que es adecuada para climas áridos o semiáridos. Puede soportar temperaturas bajas, pero no tolera las heladas.
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En España, el jacarandá se encuentra principalmente en la región mediterránea y en las Islas Canarias, donde el clima cálido y seco le sienta muy bien. Se puede encontrar en parques y jardines de muchas ciudades, especialmente en zonas costeras.
La madera de jacarandá es muy apreciada en ebanistería y carpintería, ya que es resistente y tiene un veteado atractivo. Las flores son muy populares en jardinería por su belleza, y también se utilizan en algunos lugares para la fabricación de tintes naturales. Además, esta planta es beneficiosa para el medio ambiente, ya que sus raíces ayudan a prevenir la erosión del suelo.
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