El Ginkgo biloba, comúnmente conocido como ginkgo, es una planta de hoja caduca que se encuentra en la familia Ginkgoaceae. Es una planta única y no tiene parientes vivos cercanos, lo que la convierte en una especie de «fósil viviente». Se cree que ha existido en la Tierra durante más de 200 millones de años.
El ginkgo es originario de China, pero también se encuentra en Japón y Corea. Es una planta resistente que puede crecer en una variedad de suelos, pero prefiere suelos bien drenados y ricos en nutrientes. Se cultiva como planta ornamental en todo el mundo, especialmente en áreas urbanas.
Esta planta es famosa por sus inconfundibles hojas en forma de abanico, que son verdes en verano y doradas en otoño. Las hojas son alternas, simples y sin forma de pétalo, y se agrupan en racimos cortos. Las semillas del ginkgo, llamadas nueces de ginkgo, tienen un fuerte olor desagradable cuando caen al suelo, por lo que a menudo se recolectan antes de que maduren.
El ginkgo prefiere climas templados a subtropicales y es resistente a la contaminación y a las enfermedades. Necesita pleno sol para crecer y se adapta bien a áreas urbanas. Es una planta resistente a la sequía, el viento y la salinidad del suelo, por lo que puede sobrevivir en una variedad de condiciones de crecimiento.
En España, el ginkgo se puede encontrar en parques y jardines de varias ciudades, especialmente en zonas urbanas. También se cultiva como planta ornamental en muchos jardines privados y públicos.
El ginkgo tiene varios usos en la medicina tradicional china, donde se utiliza para tratar una variedad de enfermedades, incluyendo problemas de circulación y trastornos cerebrales. En Occidente, se ha utilizado como suplemento dietético para mejorar la memoria y la función cognitiva. Además de sus usos medicinales, el ginkgo también se cultiva por sus hermosas hojas y su capacidad para sobrevivir en entornos urbanos difíciles.