El Almez, también conocido como Celtis australis, es un árbol perteneciente a la familia Cannabaceae. Es un árbol caducifolio que puede alcanzar alturas de hasta 25 metros. Se caracteriza por tener una corteza grisácea y fisurada, así como por su copa amplia y redondeada.
Esta especie es originaria de la región mediterránea, donde crece de forma silvestre en bosques y zonas de matorral. Es común encontrarla en suelos rocosos y calcáreos, aunque puede adaptarse a una variedad de condiciones de suelo.
Las hojas del Almez son simples, alternas y lanceoladas, con bordes aserrados. Durante la primavera, estas hojas adquieren un color verde intenso, que más tarde cambia a un tono amarillento en otoño antes de caer.
Esta planta es resistente y adaptable, pudiendo crecer en una amplia gama de condiciones climáticas y suelos. Prefiere suelos bien drenados y húmedos, aunque puede tolerar la sequía una vez establecida. Se desarrolla mejor en zonas con pleno sol o semi-sombra.
En cuanto al clima, el Almez prefiere temperaturas cálidas y mediterráneas, tolerando heladas ligeras pero no temperaturas extremadamente frías.
En España, el Almez se encuentra en el sur y el este del país, principalmente en las regiones mediterráneas. Crece de forma silvestre en bosques, riberas de ríos y zonas de matorral.
En cuanto a sus usos, el Almez tiene aplicaciones ornamentales gracias a su atractiva forma y follaje. También se ha utilizado tradicionalmente en la fabricación de muebles y utensilios de madera, así como en la producción de frutos comestibles. Además, su madera es apreciada para la producción de carbón. En medicina popular, se han utilizado partes de la planta con fines medicinales, como el tratamiento de enfermedades de la piel.