El jazmín blanco, también conocido como Jasminum officinale, es una planta trepadora de la familia de las Oleáceas, conocida por sus fragantes flores blancas. Esta planta es originaria de Persia, pero se cultiva en muchas partes del mundo, especialmente en regiones de clima templado.
El jazmín blanco es una planta trepadora que puede crecer hasta 10 metros de altura, con tallos delgados y flexibles que se adhieren a las superficies por medio de zarcillos. Sus hojas son opuestas, compuestas por folíolos lanceolados de color verde brillante.
Esta planta requiere de un suelo bien drenado y fértil, con exposición al sol o a semisombra. Necesita riego regular durante la época de crecimiento, y un fertilizante equilibrado en primavera. Tolera bien las podas y es resistente a las enfermedades y plagas.
El jazmín blanco prefiere un clima templado o cálido, con temperaturas suaves y no tolera bien las heladas. Se puede encontrar en jardines, parques y patios, creciendo enredado en paredes, rejas o pérgolas.
En España, el jazmín blanco se cultiva principalmente en las regiones mediterráneas, donde el clima es cálido y templado. Se puede encontrar en jardines y patios, adornando muros y vallas con sus fragantes flores.
El jazmín blanco es ampliamente utilizado en jardinería como planta ornamental, debido a su fragancia y belleza. Sus flores se utilizan en la industria de la perfumería y también para hacer infusiones aromáticas. En la medicina tradicional, se le atribuyen propiedades relajantes y se utiliza en la aromaterapia.