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El Formio o Phormium tenax es una planta perenne que pertenece a la familia de las Asparagaceae. Es originaria de Nueva Zelanda, donde crece de forma silvestre en ambientes húmedos, como en pantanos y a lo largo de arroyos.
Esta planta es conocida por su belleza ornamental, ya que tiene hojas largas y estrechas, que pueden crecer hasta alcanzar los 3 metros de longitud. La planta puede alcanzar una altura de hasta 3 metros, además de producir flores decorativas en forma de espiga en verano.
Las hojas del Formio o Phormium tenax son lineales, rígidas y de color verde grisáceo, con bordes filosos que pueden causar cortes si no se manipulan con cuidado.
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Esta planta precisa de condiciones de crecimiento húmedas y con buen drenaje, por lo que es ideal para suelos fértiles y con pH ácido. Aunque puede tolerar cierto grado de sequía, prefiere estar en un sitio fresco y con cierta humedad.
El Formio o Phormium tenax prefiere climas templados o cálidos, y es resistente a las heladas ligeras, pero no soporta bien las temperaturas extremadamente bajas. En España, esta planta se puede encontrar en jardines y parques de las regiones del norte y del noroeste, como Galicia y Asturias, donde el clima es más suave y húmedo.
En cuanto a sus usos, en jardinería se utiliza como planta ornamental, ya que es ideal para darle un toque exótico y tropical a los jardines. Además, sus fibras duras y flexibles se pueden utilizar para elaborar cuerdas, cestas y textiles, lo que ha sido una práctica común en la cultura maorí de Nueva Zelanda. También se ha utilizado tradicionalmente en la medicina natural de la región, ya que se cree que tiene propiedades antibacterianas y cicatrizantes.
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