La Morera blanca, conocida científicamente como Morus alba, es un árbol de la familia de las Moráceas, originario de Asia Oriental. Es una planta frutal que puede alcanzar alturas de hasta 15 metros y se caracteriza por poseer un tronco corto y grueso, con ramas extendidas.
Las hojas de la Morera blanca son de forma ovalada, con bordes dentados y de color verde intenso. En primavera, este árbol produce pequeñas flores verdosas que después se transforman en frutos de color blanco, rosa o negro, conocidos como moras.
Para crecer, la Morera blanca necesita suelos bien drenados y mucha luz solar, pero también puede sobrevivir en climas más frescos. Es resistente a la sequía, lo que la hace ideal para zonas áridas o semiáridas.
La Morera blanca prefiere climas templados y húmedos, pero puede sobrevivir en climas más fríos si se le proporciona protección. Por otro lado, en España se puede encontrar este árbol en zonas del sur y este del país, especialmente en Cataluña, Valencia y Andalucía.
En cuanto a sus usos, la Morera blanca es conocida por sus frutos, las moras, que son utilizadas para la elaboración de mermeladas, jugos, vinos y licores. También se utiliza en la medicina tradicional china, ya que sus hojas se emplean para tratar problemas de insomnio, diabetes y presión arterial alta. Además, la Morera blanca es cultivada como árbol ornamental en jardines y parques gracias a su atractiva apariencia y su follaje abundante.