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La Dodonea viscosa var. purpurea, comúnmente conocida como jarilla, es una planta perenne que pertenece a la familia Sapindaceae. Es nativa del sur de África, pero también puede encontrarse en Australia y algunos países de América del Sur.
La jarilla es un arbusto que crece en terrenos áridos y rocosos, así como en bosques y matorrales. Suele alcanzar una altura de alrededor de 2 metros, y se caracteriza por su follaje denso y sus flores pequeñas de color amarillo o rosado.
Las hojas de la jarilla son simples, alternas y estrechas, de color verde oscuro, y tienen una textura pegajosa debido a la presencia de resina. Esta característica le confiere una cierta resistencia a las condiciones de sequía.
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Para vivir, la jarilla necesita de suelos bien drenados, preferentemente ácidos, y expuestos a pleno sol. Es una planta resistente a la sequía y no requiere de cuidados especiales una vez establecida.
La jarilla prefiere climas cálidos y secos, y puede sobrevivir a temperaturas extremadamente altas. En España, se pueden encontrar ejemplares de jarilla en zonas del sur de la península y en las Islas Canarias, donde el clima es mediterráneo o subtropical.
En cuanto a sus usos, la jarilla ha sido utilizada tradicionalmente en medicina popular para tratar afecciones respiratorias y cutáneas. También se emplea en la jardinería por su resistencia a la sequía y su atractiva apariencia. En algunas regiones, la jarilla es utilizada para la fabricación de jabones y perfumes debido a su fragancia característica.
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